Podría parecer el argumento de una película de ciencia
ficción pero no lo es. Se trata de una denuncia real presentada en el
Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol, en funciones de guardia esta
semana, por un funcionario de ese mismo juzgado, Roberto Carrodeguas
Vilar, que asegura estar siendo víctima de los efectos del fenómeno
conocido como Chemtrails.
Para los legos en la materia, se trata de
una supuesta práctica que consistiría en la dispersión de sustancias
químicas desde aviones con el fin de causar daño a la población. El
término inglés “chemtrail” es una abreviación de la expresión “chemical
trail”, cuya traducción literal es “estela química”.
La denominación imita a la que se da en este idioma a las estelas de
condensación “contrail”, que son las generadas por los aviones
convencionales.
En la denuncia interpuesta por Roberto Carrodeguas se hace referencia
a una serie de efectos que él mismo sufrió y sigue sufriendo cada vez
que se produce el citado fenómeno.
Así, relata que en el mes de junio pasado estaba paseando por San
sadurniño y de repente sintió picores en la cara, en el cuello y los
brazos, como si se tratara de una reacción alérgica en las partes del
cuerpo que no estaban cubiertas por la ropa. Al mismo tiempo, manifiesta
haber notado una cierta molestia al respirar y picor en la garganta.
Cuando levantó la vista hacia el cielo vio pasar dos aviones que se
cruzaban, aparentemente en la misma altura y un rumbo parecido al de
colisión y que formaban un dibujo con una estela parecida a una nube.
Roberto Carrogeduas observó que ya habían dado una pasada anterior
por otras partes del cielo, en el que había multitud de estelas, por lo
que pensó que podían estar fumigando.
Añade en su denuncia que al cabo de unos minutos vio que las estelas
se abrían como si fuesen nubes de tipo cirros y posteriormente observó
que lentamente bajaba una especie de polvo blanco parecido al talco.
Cuando el mismo llegó a la zona en la que se encontraba el
denunciante, a este comenzaron a picarle los ojos y la garganta y señala
que le costó trabajo respirar durante varios días.
En la denuncia declara haber tenido dolor en las piernas y un cansancio y apatía considerables
Intrigado por lo que había sucedido, buscó información en internet y
encontró mucha sobre diversas teorías del conocido como fenómeno
Chemtrail, como que se trata de polímeros que contienen agentes
patógenos o algún veneno con el que nos fumigan con la intención de
reducir la población con un supuesto plan eugenésico secreto, o bien
algún mecanismo para variar el clima o incluso las farmacéuticas para
vender medicamentos.
Roberto Carrodeguas manifiesta que durante el verano se fue fijando
por si el fenómeno se repetía y el pasado 6 de septiembre volvió a
encontrarse con otro episodio cuando iba caminando entre San Sadurniño y
Moeche.
“Volví a sentir picores en la cara y miré al cielo y vi nuevamente
las estelas y el avión, había varias pasadas en el cielo”, apunta en la
denuncia, añadiendo que pudo comprobar los mismos efectos que en la
ocasión anterior. En su paseo se encontró con varias personas que fueron
testigo del paso de los aviones que dejaban las mencionadas estelas.
En forma de equis
El pasado día 9, concretamente a las 9.10 horas, volvió a observar,
desde la avenida de Esteiro de Ferrol, otro avión que sobrevolaba la
zona de Narón haciendo una especie de equis y rayas paralelas, tal y
como se ve en los diversos vídeos y fotografías que se pueden observar
en internet.
También presenció el fenómeno desde O Seixo, en Mugardos, con un avión dejando estelas en el cielo durante muchas horas.
Todas estas situaciones las comentó con amigos que, según asegura,
también apreciaron los mismos fenómenos en diferentes lugares como la
playa de Miño o la zona de Chamorro, en la que un conocido lo observó
ayer mismo.
Roberto Carrodeguas continúa relatando en su denuncia que desde hace
tres meses se dedica a investigar este fenómeno y comunica por correo lo
que descubre, añadiendo que en varias ocasiones recibió llamadas y que,
al descolgar, nadie le responde.
Por ese motivo, y en previsión a que pueda ocurrirle algo, manifiesta
estar bien de salud y no tener intención de suicidarse, precisando que,
al tratarse de un fenómeno muy extraño y al hecho de que a él le están
sucedienco algunas cosas raras, teme por su seguridad.
Por esa misma razón hizo entrega de la denuncia a la prensa y a sus
compañeros de trabajo, para concienciar sobre esta situación y también
por su seguridad personal.
La denuncia se dirige contra quien corresponda y solicita al juez al
que competa el asunto que libre los oficios y comunicaciones oportunas
para que se proceda a la averiguación de estos hechos.
Al mismo tiempo, pide que se libre oficio a los aeropuertos gallegos y
al control de tráfico aéreo para que informen sobre los hechos que
originaron la presente denuncia, en especial del día 6 de agosto y el 9
de septiembre pasados, “porque tengo fotos y testigos que pueden
corroborar que lo que aquí denuncio es cierto”.
A su modo de ver, los controladores aéreos de Galicia tienen que
saber de qué tráfico se trataba e identificar los aviones, con su punto
de origen y de destino.
Control por el forense
Paralelamente, el denunciante solicita que le sea practicada una revisión por el médico forense.Para
el supuesto de que se vuelva a repetir este fenómeno, –“basta observar
el cielo”, dice–Roberto Carrodeguas plantea la necesidad de que se
ordene a la Policía Científica de la Guardia Civil que tome muestras del
aire para analizar los metales pesados, gérmenes, bacterias o
nanopartículas que están pulverizando sobre la población.
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