© REUTERS Susana Vera
Biólogos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han identificado un gen que podría ralentizar el proceso de envejecimiento en todo el organismo cuando se activa en algunos órganos rectores, como el intestino o el sistema nervioso.
En el marco de un experimento con moscas de la fruta, los científicos activaron un gen llamado AMPK, un sensor de energía clave en las células que se activa cuando los niveles de energía celular son bajos.
Los investigadores descubrieron que al aumentar la cantidad de AMPK en los intestinos de la mosca de la fruta aumentó su esperanzas de vida en un 30% —hasta aproximadamente ocho semanas, frente a una media de seis— prolongando su buen estado de salud durante un periodo más largo de tiempo.
"Hemos demostrado que cuando activamos el gen en el intestino o en el sistema nervioso, el proceso de envejecimiento se ralentiza tanto dentro como fuera del sistema de órganos en el que se activa el gen", explica David Walker, profesor asociado de biología integrativa y fisiología en UCLA y autor principal del estudio.
Walker afirma que el estudio sugiere que la activación del AMPK en un órgano más accesible, como por ejemplo el intestino, podría en última instancia ralentizar el proceso de envejecimiento en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro.
"En lugar de estudiar una por una las enfermedades del envejecimiento —enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, cáncer, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardiovasculares, diabetes—, creemos posible intervenir en el proceso de envejecimiento y retrasar la aparición de muchas de ellas", concluye el científico.
Los investigadores descubrieron que al aumentar la cantidad de AMPK en los intestinos de la mosca de la fruta aumentó su esperanzas de vida en un 30% —hasta aproximadamente ocho semanas, frente a una media de seis— prolongando su buen estado de salud durante un periodo más largo de tiempo.
"Hemos demostrado que cuando activamos el gen en el intestino o en el sistema nervioso, el proceso de envejecimiento se ralentiza tanto dentro como fuera del sistema de órganos en el que se activa el gen", explica David Walker, profesor asociado de biología integrativa y fisiología en UCLA y autor principal del estudio.
Walker afirma que el estudio sugiere que la activación del AMPK en un órgano más accesible, como por ejemplo el intestino, podría en última instancia ralentizar el proceso de envejecimiento en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro.
"En lugar de estudiar una por una las enfermedades del envejecimiento —enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, cáncer, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardiovasculares, diabetes—, creemos posible intervenir en el proceso de envejecimiento y retrasar la aparición de muchas de ellas", concluye el científico.
R.T.
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