El domingo, la oposición marroquí organizó una amplia manifestación en la mayor ciudad del país —Casablanca— exigiendo que se realicen reformas políticas y económicas profundas, informaron medios locales.
Según los organizadores, el Movimiento 20 de febrero, unas 10.000 personas marcharon por las calles de Casablanca; las fuerzas de seguridad hablan de una cifra cuatro veces menor. La congregación no causó enfrentamientos ni víctimas.
Los manifestantes demandaron la implementación de los principios democráticos, la independencia del sistema judicial, el respeto a los derechos humanos, la revisión de la Constitución y el combate contra la corrupción y abusos de poder.
“No al autoritarismo, corrupción y amiguismo”, “¡Exigimos la renuncia del Gobierno y disolución del Parlamento!”, “Queremos democracia, libertad y justicia social!” son algunas de las consignas que gritaron los manifestantes.
Una manifestación semejante se celebró en Marrakech, un importante centro turístico del país en el noroeste de África.
En medio de la oleada de protestas que han envuelto a Oriente Medio, tales marchas se han realizado en las ciudades principales del país cada semana, incluso a pesar de que el rey de Marruecos, Mohammed VI, en su alocución televisada a la nación, anunció a principios de marzo una reforma constitucional general “para fortalecer la democracia” en el país. Las enmiendas propuestas por el monarca “confirmarán la posición del primer ministro como jefe del poder ejecutivo, completamente responsable de la actuación del Gobierno”, lo que favorecerá al principio de la separación y balance de los poderes”.
Aunque considerada una monarquía constitucional y con un Parlamento elegido, el rey de Marruecos tiene derecho a declarar el estado de emergencia, disolver el Parlamento y proponer nombramientos de ministros e incluso del jefe de Gobierno.
Fuente: http://actualidad.rt.com/