Siempre se nos ha dicho que las drogas son malas para la salud, y se ha luchado contra ella por activa y por pasiva, aunque la mayoría de los gobiernos se financian por este medio, pero procuraban guardar las apariencias. Nos han estado dando el coñazo últimamente con el tabaco, equiparando a los fumadores casi como terroristas de estado, y, colocando en su próxima diana, al alcohol y a sus consumidores así como con cualquier otra sustancia estupefaciente. Pero la cosa ha cambiado. Se ve que la agenda está casí completa. Parece ser que los que gobiernan en la sombra, los que planean el Nuevo Orden Mundial, llevaban tiempo investigando una droga, la dosis exacta, que controlara e idiotizara a la población mundial para doblegarla a sus deseos y designios, y lo ha conseguido. Se trata de una droga que afecta a la conducta volviéndonos más felices, simpáticos y ambles, los Corderitos Perfectos: el Soma, la droga descrita por Aldous Huxley en su libro Un Mundo Feliz, y que tomaba casi toda la población mundial, si exceptuamos a los marginados de aquella sociedad que estaban recluidos en una especie de reservas para indeseables.
Pues bien, ahora nos quieren vender esta droga como si fuera el Maná caído del cielo. Y si no juzguen ustedes. Aquí tienen la noticia completa:
LOS HONGOS ALUCINÓGENOS PODRÍAN SER BENEFICIOSOS PARA LA SALUD
Científicos estadounidenses llegaron a la conclusión de que la sustancia psicodélica que contienen los hongos alucinógenos podría ejercer un efecto positivo prolongado en la salud y el estado de ánimo, informa la revista estadounidense Time.
La sustancia alucinógena que se extrae de estos hongos, la psilocibina, puede provocar estados mentales transformativos, pero grandes dosis del preparado pueden asimismo provocar los denominados 'bad trips', es decir, alucinaciones marcadas por el terror y el pánico. Lo más complejo fue escoger la dosis correcta. Los investigadores del centro de la Universidad John Hopkins, en EE. UU., informaron de que han alcanzado este objetivo.
En el marco del experimento los científicos pudieron inducir en los voluntarios efectos positivos persistentes y evitar temores y ansiedades que ocurren a menudo y pueden tener efectos muy negativos, informó el jefe del grupo científico, Roland Griffiths.
En el experimento de Griffits participaron 18 personas adultas sanas, con una edad media de 46 años. Los voluntarios tomaron parte en cinco sesiones de ocho horas, recibiendo bien la psilocibina en diferentes dosis, bien el placebo. La mayoría de los voluntarios eran titulados superiores, el 78% de ellos practicaban actividades religiosas de manera regular y todos estaban interesados en una experiencia espiritual.
Transcurridos 14 meses desde el experimento, el 94% de los participantes que recibieron la psilocibina en vez del placebo indicaron que el experimento había sido una de las 5 experiencias más importantes de su vida, y el 39% lo consideró la experiencia más significativa. Asimismo, los amigos, parientes y colegas de los voluntarios indicaron que después de tomar la psilocibina los participantes del experimento se habían vuelto más tranquilos, felices y simpáticos.
Ahora Griffits y sus colegas piensan comprobar si la experiencia psicodélica puede aliviar la ansiedad y los temores en los pacientes de cáncer y otros enfermos que enfrentan la muerte. Utilizando los datos de los primeros estudios de las sustancias alucinógenas como el LSD, la mescalina o la psilocibina, realizados ya en los sesenta –todas estas sustancias ya están estrictamente prohibidas–, los científicos intentarán entender si la experiencia transcendental puede ayudar a curar la drogadicción o los trastornos mentales como la depresión y el estrés postraumático.
En el marco del reciente experimento los participantes cuando tomaban el preparado escuchaban música clásica en sus auriculares y se cubrían los ojos con viseras para intentar "dirigir su atención por dentro", como les sugerían los investigadores. A cada uno de los voluntarios les ayudaban dos instructores experimentados en el estudio de los efectos de las drogas, mostrando apoyo y empatía en caso de necesidad.
Según se recuerda en el artículo, las descripciones anteriores sobre la experiencia de la toma de preparados psicodélicos van de los chamanes antiguos hasta la banda de música rock de los sesenta Greatful Dead. El uso de psilocibina normalmente provoca la sensación de ser uno con el universo y otras personas, así como la de trascender los límites del espacio y el tiempo y el acercamiento a algo sagrado. Los participantes en el experimento de Griffits confesaron que después del experimento se entendían mejor a sí mismos y a otros, y sentían más compasión y paciencia.
Cuando en 1960 la gente empezó a tomar alucinógenos como recreo, estas sustancias pronto tuvieron mala fama y se suspendieron los estudios. La psilocibina está regulada o prohibida en muchos países del mundo. Esta vez el doctor Griffits y sus colegas se acercan al tema con cuidado, según indica la publicación.