La idea de que la realidad que vivimos
es una ilusión es tan vieja como la filosofía humana, pero en los años
recientes hemos visto un creciente cuestionamiento de la mano del avance
tecnológico –particularmente de la programación informática. La ciencia
ficción ha contribuido a insertar esta pregunta en el centro de nuestra
reflexión psicológica y del lado de la ciencia el profesor de Oxford
Nick Bostrom ha planteado seriamente la posibilidad de que nuestro
universo cercano sea una simulación holográfica, acaso programada por la
supercomputadora de una civilización más avanzada que la nuestra.
Investigadores de la Universidad de
Washinton recientemente sugirieron que es posible poner a prueba esta
hipótesis. Aunque esta prueba necesita de un poder de computo que nos
llevará años poder aplicar, el profesor Martin Savage considera que para
definir si nuestro universo es real sólo es necesario modelar una
pequeña parte de nuestro mundo –es decir crear también una simulación
suficientemente real.
Para Martin Savage existen ya señales
inequívocas de la presencia de esas restricciones físicas en las
simulaciones del presente. Restricciones que seguramente se harán cada
vez más evidentes a medida que las supercomputadoras puedan simular
porciones cada vez mayores de Universo.
“Si consigues hacer una simulación lo
suficientemente grande -explica Savage- de ella emergería algo muy
parecido a nuestro Universo”. Por lo cual, según el científico, solo es
cuestión de buscar en el Universo en que vivimos una “firma” análoga a
la que nosotros mismos estamos utilizando en nuestras simulaciones a
pequeña escala –esto es algo parecido a hacer un zoom en una imagen y
ver que se pixelea. Esta firma podría encontrarse en una limitación de
los rayos cósmicos, los cuales no deberían de poder viajar a los bordes
de esta hipotética retícula artificial que simularía el
espaciotiempo. Experimentos midiendo rayos cósmicos podrían determinar
la existencia de esta firma o presencia de una simulación en el diseño.
Aunque los científicos podrán estar
convencidos de que esta es una manera contundente de descubrir si
vivimos en una simulación –si nuestra realidad es real– también es
posible que la forma en la que está construida la simulación –la Matrix,
por hacer un término popular– sea imposible de comprobar con los medios
que tenemos, haciendo de este mundo un laberinto inescapable.
Fuente: http://pijamasurf.com
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