Michael Palomino, historiador y analista, muestra con muchos
hechos claramente que la fuerza atómica es una trampa para la humanidad.
La demoninación de un "riesgo que permanece" es una mentira, y al fin
la fuerza atómica es la energía más cara que existe porque la
destrucción de una planta atómica necesita tanto tiempo como la
producción de la corriente, y por el depósito final de la basura atómica
que es sin fin, y por los daños genéticos y enfermedades de cáncer en
el caso de un incidente nuclear máximo. Así se tiene que cambiar tan
rápidamente que posible a energías renovables.
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