Una familia canadiense le ha ganado el pulso al estado. Los
hechos acontecieron hace algún tiempo cuando una familia decidió crear una
huerta en su pequeño jardín; allí sembraban sus hortalizas, verduras y pequeños
frutos. La familia argumenta que es una manera de comer sano, sobrellevar mejor
la crisis y, además, el jardín era más bonito, también la familia ayudaba a sus
vecinos, y regalaba el sobrante de lo que cosechaba. Pero por alguna razón a las
autoridades esto no les interesa, además de no querer que la gente siembre su
propia comida y les exigió que quitaran la huerta, denunció a la familia, y los
llevó a los tribunales. ¿Por qué ese interés de los gobiernos para que la
gente, las familias, no produzcan sus propios alimentos? ¿Por qué quieren que
compremos los venenos y piensos que nos venden las grandes multinacionales de
la alimentación?
Ahora los tribunales les ha dado la razón a la familia, y en
su jardín pueden hacer lo que quieran y sembrar lo que deseen sin que nadie se
lo pueda impedir. VICTORIA del pequeño ciudadano sobre las grandes corporaciones.
Vídeo, paso a paso, de la magnífica huerta: Suerte para esta familia, y todos deberíamos hacer lo mismo, al menos los que tengan jardín.
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